lunes, 2 de septiembre de 2013

Curso online gratuito y abierto “Arte y cultura en circulación: Crear y compartir en tiempos digitales”

flyer arte y cultura en circulación 2013
   

Presentación

En este curso online abierto y masivo vamos a hablar sobre el derecho a crear y compartir en libertad en la red. Es la segunda edición de una iniciativa que realizamos por primera vez en 2012 y que culminó con la reciente publicación del ebook gratuito “Arte y cultura en circulación”. Pero este nuevo evento no será una repetición del anterior. Por el contrario, incluirá nuevos temas y actividades. Estudiaremos la construcción histórica del concepto de autor hasta nuestros días, la cultura remix y su importancia en la cultura contemporánea, las diversas formas de ejercer el derecho de autor para alentar la circulación, el rol de la piratería como forma de acceso a la cultura y el papel de las entidades de gestión colectiva en la tensión actual entre el derecho de acceso a la cultura y el derecho de autor.
Se trata de un curso online del que puedes participar desde cualquier lugar del mundo. Todas las actividades del curso son gratuitas y abiertas.
El curso es organizado por Ártica – Centro Cultural 2.0, Creative Commons Argentina, Creative Commons Uruguay, Fundación Vía Libre y TEDIC.
instituciones que organizan

Orientado a: artistas y creadores, gestores culturales y organizaciones, centros de cultura locales y barriales, medios comunitarios, militantes, estudiantes, educadores y todas las personas interesadas en la circulación de arte, cultura y conocimiento.

Fecha: del 4 de septiembre al 9 de octubre de 2013.

Duración y carga horaria: el curso tendrá una duración de 5 semanas. La carga horaria aproximada será de 25 hs.

Temas

Tema 1 – Qué es un autor: la (de)construcción histórica del concepto de autoría
La creatividad presente como producto de la creatividad precedente. La originalidad pura vs. el autor como un sujeto construido socialmente. Antes y después de Ana: el surgimiento de la noción de autoría en el siglo XVIII en Inglaterra y su evolución. La tensión actual con respecto a la revolución digital.
Tema 2 – Claves para entender la cultura remix
El papel de la reutilización y la remezcla en la creación. La creatividad resultante de la apropiación, el reciclaje y la manipulación. Fundamentos, recursos, técnicas y prácticas de remix. Su influencia e importancia en la cultura contemporánea.
Tema 3 – Derechos de autor y diversas formas de ejercerlo
Diferencias entre distintos tipos de licencias Creative Commons. Cómo alentar la circulación y la remezcla de las obras. Licencias permisivas, libres y copyleft. ¿Autorizamos o no los usos comerciales? La discusión en torno a la sustentabilidad de las prácticas artísticas.
Tema 4 – Piratería y circulación de cultura
Tensiones entre el derecho de autor y los derechos culturales. La piratería como práctica social y como resultado de las políticas de la industria. Los mitos sobre la piratería y la batalla discursiva.
Tema 5 – Gestión colectiva de derechos de autor
Qué son y cómo funcionan las entidades de gestión colectiva de derechos de autor. Para qué existen y qué relación tienen con los autores y con la legislación de derechos de autor. Los problemas y tensiones con respecto a las prácticas culturales actuales y al derecho de acceso a la cultura.

Metodología

Este es un curso online, masivo y abierto. Todo el proceso y los materiales estarán abiertos y accesibles libremente en Internet. Cada módulo tiene una duración de una semana e incluye:
- Un post o video inicial como disparador para leer, comentar y discutir, donde se introduce la temática del módulo. Cada post será publicado de forma abierta en un blog, por lo que la participación es libre.
- Una consigna de trabajo para los participantes, quienes, además de leer y comentar, realizarán sus principales aportes posteando en sus propios blogs o en otros espacios de publicación personal (Tumblr, Facebook, pads, etc). Los participantes deberán indicar en el formulario de inscripción del curso su espacio de publicación personal.
- Bibliografía: los docentes pondrán a disposición recursos de libre acceso para profundizar en los temas de cada módulo.

Aula virtual

En el aula virtual encontrarás toda la información necesaria para seguir el curso, el material para ver y descargar, así como el acceso a las actividades, todo organizado por módulos. No es necesario tener un usuario ni una contraseña: los materiales son abiertos y están disponibles a toda hora.

Comunicación

Durante el curso recibirás un newsletter periódico con todas las novedades y síntesis de las actividades del curso. Además, estaremos en constante diálogo a través de los comentarios de los posts y en Twitter con el hashtag del curso #encirc13

Equipo docente

- Beatriz Busaniche, licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario. Trabaja para la Fundación Vía Libre desde 2003. Desde el 2011 es Lider Pública de Creative Commons en Argentina. Es docente de la Universidad de Buenos Aires en la carrera de Ciencias de la Comunicación, en Ciencias Sociales, Ayudante de Primera en el Taller de Datos, Cátedra Becerra y Titular de Cátedra del Seminario Copyright / Copyleft. Aspirante a Doctorando en la FLACSO Argentina.
- Mariana Fossatti, directora y docente de Ártica – Centro Cultural 2.0. Socióloga egresada de la Universidad de la República (Uruguay) con una maestría en Sociedad y Desarrollo. Experta en la aplicación de las TIC y el e-learning en la cultura, la educación y las organizaciones sociales. Autora del e-book “Arte joven y cultura digital”. Paralelamente, investiga en artes visuales y desarrolla su propia obra, volcándose especialmente a las técnicas de collage y remix audiovisual.
- Jorge Gemetto, co-director, bloguero y docente en Ártica – Centro Cultural 2.0. Licenciado en Psicología por la Universidad de Belgrano (Argentina). Su trabajo se orienta a crear y dinamizar espacios en la web para la libertad de expresión y la diversidad cultural. Co-autor del e-book “Arte joven y cultura digital”. Escritor, bloguero y activista.
- Evelin Heidel, estudiante de Letras y Bibliotecología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Miembro de Fundación Vía Libre. Líder pública de Creative Commons Argentina. Co-fundadora del proyecto de escáneres DIY en Argentina. Trabaja en el programa de digitalización de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Docente del seminario Copyright / Copyleft. Debates sobre el derecho de autor y el acceso a la cultura, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y en la Facultad de Filosofía y Letras.
- Lila Pagola, formada en artes visuales (fotografía 1993, grabado 1998), se desempeña actualmente como docente de nivel superior en diseño interactivo y fotografía. Desde 1997 produce, investiga y realiza actividades de gestión cultural en torno a las relaciones entre prácticas artísticas y cultura digital. Su trabajo en el área del arte y la tecnología se desarrolla principalmente en dos ejes: las prácticas artísticas en red en Latinoamérica (http://ludion.com.ar/) y la convergencia entre el modelo del software libre, la cultura copyleft y la crítica a la noción de autoría desde las prácticas artísticas (http://www.culturarwx.net | http://www.nomade.org.ar/).

Docentes invitados: Joe Karaganis, Maricarmen Sequera, grupo de investigación de “Historia del derecho de autor en Argentina” (conformado por Nina Jäger, Matías Raia, Carla Actis Caporale, Guido Gamba, Javier Cassani, Ezequiel Acuña, Evelin Heidel y León Unger).

Certificados

Si registras tu espacio de publicación al inscribirte y posteas al menos dos artículos para las consignas de trabajo del curso, recibirás un certificado digital en formato pdf.

Inscripción

Para inscribirte en el curso, COMPLETA ESTE FORMULARIO.

miércoles, 10 de julio de 2013

NO GLOBAL TOUR

Santiago Sierra quería una escultura que pudiera comunicar un mensaje intercultural, pero que fuera lo suficientemente flexible como para cambiar su significado dependiendo de donde estuviera ubicada. Un monumento a la inconformidad sale de gira global por el primer mundo (Italia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, España, Canadá y  EE.UU., de Nueva York a Miami) para dar (en su palabras)  un grito antagonista del sistema:
“Las personas que están luchando activamente contra el sistema necesitan imágenes y los artistas se las debemos proporcionar. Este NO está hecho para todos los que ya están hartos de la injusticia, la dominación, la censura y la opresión. NO, sin precisar, NO al manoteo de un sistema que toma a sus ciudadanos como borregos y que se encarga de reproducir mentes acríticas por medio de una educación a todas luces dirigida”.
La performance, que elegía escenarios donde demostrar olímpico desprecio a todos los centros del poder y del consumo, se convierte ahora en la película: NO, Global Tour. The film,  con aires de road movie filmado en blanco y negro que retrata en 120 minutos el enfado universal de su autor.  2 horas  de recorrido, con mucho paisaje rutero y sin ver un solo rostro, ¿no será demasiado Santiago? Bueno, así pueden juzgar por ustedes mismos.



domingo, 4 de noviembre de 2012

CULTURA LIBRE Y DERECHOS DE AUTOR

CULTURA LIBRE Y DERECHOS DE AUTOR

Uno, dos, infinitos tomates

 

 

Los cambios concretos y masivos que genera Internet cuestionan lo que hasta ahora era aceptado como simple “sentido común”. Este pensamiento acrítico daba por sentado, entre otras cosas, que los derechos de autor eran una forma de proteger la creatividad y, por lo tanto, beneficiar a todos. Sin embargo, hay buenos argumentos para pensar que el supuesto retroceso es en realidad un avance que permitirá reducir la brecha cultural y abrir las puertas a una sociedad más equilibrada. Desde enfrente el lobby que depende de la producción artística (no necesariamente los artistas en sí) pelea por leyes que le aseguren seguir viviendo de la creatividad ajena. El caso del Canon Digital es un buen ejemplo de una pulseada para retener las ganancias que se escapan entre los dedos de las grandes empresas y corporaciones.
Mal que nos pese, son pocas las ideas que por sí mismas pueden incidir sobre la realidad a partir de hacer que “la gente tome conciencia”. La historia parece demostrar que los cambios sociales profundos se detonan por una hambruna generalizada, el desarrollo de nuevas tecnologías o una nueva correlación de fuerzas económicas, más que por ideas libertarias de iluminados. Sin embargo, las ideas nuevas pueden resultar fundamentales para reorganizar el vacío dejado por lo anterior y darle cohesión a lo nuevo y, por lo tanto, mayor fuerza. De alguna manera, el fenómeno de la “piratería”, como lo llaman algunos, o de “democratización de la información”, como lo llaman otros, está sufriendo el mismo proceso. La posibilidad concreta de copiar y distribuir hasta el infinito todo lo digitalizable empieza a mostrar las fisuras de una lógica de apropiación del conocimiento, instalada hasta ahora como sentido común.
Es que esta nueva posibilidad, demonizada por quienes pierden control sobre su mercancía, viene acompañada por una lógica acerca de cómo distribuir el conocimiento. El concepto principal es el copyleft, es decir, la posibilidad de utilizar los derechos de autor de tal manera que permitan que la obra propia sea reutilizada, manipulada, copiada o redistribuida para que llegue a mucha más gente. Esta lógica es contraria a la que indica que el autor tiene que cercar su propiedad privada intelectual y cobrar peaje por su uso aun a costa de aislarla.
Esta novedad que parece tan revolucionaria es, en realidad, la forma en la que circulaba el conocimiento hace unos pocos siglos y permitía que, por ejemplo, Kepler y Galileo, en lugar de escatimarse información para tener prioridad de derechos sobre tal o cual descubrimiento, compartieran sus conocimientos para beneficio del conjunto.




PARA TODOS, TODO

La lógica actual, la misma que ahora está en disputa, indica que el autor hace de su producción creativa la fuente de ingresos que le permite vivir decentemente o, en caso de tener mucho éxito, un poco más. Es decir, que si no fuera por los derechos que cobra regularmente, el autor debería dedicarse a otra cosa y la sociedad iría perdiendo artistas. Según Franco Iacomella, especialista en Cultura Libre de Flacso Virtual, esto no es tan así: “En realidad, casi ningún autor vive de los derechos que cobra. Los principales interesados en mantener el sistema son las organizaciones intermedias del tipo de Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), Cadra (Cámara Argentina de Derechos Reprográficos), Capif (Cámara Argentina de Productores e Industriales de Fono Videogramas), o las empresas como las discográficas que se quedan con el grueso de los ingresos y pierden su negocio si la información circula libremente”. Según Iacomella, el problema de estas organizaciones es que la digitalización e Internet multiplican la información hasta el infinito, por lo que deben regularla artificialmente para no perder el negocio.
El resultado de ese control es que el autor por ganar, eventualmente, unos pesos, pierde la posibilidad de multiplicar sus seguidores e incluso facturar más gracias a ellos sin tanta mediación.
El mundo digital permite una lógica totalmente distinta que hace prescindibles las empresas o incluso las organizaciones intermedias, posibilidad que ya está siendo aprovechada por numerosos autores. El ejemplo más obvio es el del software libre en el que la comunidad contribuye con innovaciones para que el sistema sea cada vez mejor. La velocidad con la que mejoraron los programas de este tipo ha demostrado que el conjunto no sólo se beneficia porque son mayoritariamente gratuitos, sino también porque van innovando mucho más rápido gracias al trabajo de millones de personas que acceden al código y lo modifican. Justamente, como se dijo antes, el conocimiento avanzó durante siglos gracias a que científicos y pensadores compartían lo que habían averiguado para que otros pudieran subirse “a hombros de gigantes”.
Son cada vez más los músicos que comprenden que los derechos de autor no les permitirán vivir y que sin discográficas de por medio serán muchos más los que los escuchen y asistan a sus shows: ¿No debería ser ésa la prioridad del artista? Tanto por razones ideológicas como egoístas, evitar intermediarios los puede beneficiar. Incluso una banda tan conocida como Radiohead grabó su CD In Rainbows independientemente y ofreció en su sitio la posibilidad de bajarlo a cambio de un pago “a voluntad”. Además, quienes lo deseaban podían comprar el disco físico, que les sería enviado por correo. La libertad no impidió que en su primer año el disco vendiera cerca de tres millones de copias físicas y que haya recaudado varios millones más por las canciones bajadas directamente. Pero probablemente lo más importante es que su público se amplió aún más gracias a esta posibilidad que, de cualquier manera, ya existía. Si no puedes contra tu enemigo...
Otros proyectos más modestos, pero incluso más novedosos, provienen del mundo editorial. Por un lado existen proyectos como el de Libros Libres (ver recuadro) que permiten rescatar del olvido seguro a obras académicas; pero también hay emprendimientos que subvierten una forma de hacer negocios. Es el caso de la revista Orsai, del escritor Hernán Casciari, que desde su ascética tapa sintetiza “Nadie en el medio”. Casciari, cansado de ver sus escritos arrinconados por las publicidades y recortados por los editores, decidió aprovechar lo que permitía la tecnología. Su revista en papel se vende por suscripción a través de Internet y una comunidad de seguidores, y su contenido se publica en PDF para que todo el mundo lo pueda leer. El primer número vendió más de 10.000 copias, lo que permitió que todos los colaboradores cobraran, algo que no era seguro. Y es leído gratis por miles de personas más a través de orsai.es.
Justamente, en esa revista el abogado español David Bravo citaba recientemente a Javier Bardem, quien en un artículo de El País utilizaba una metáfora poco afortunada para explicar la “piratería”. Según el actor español, una máquina capaz de fotocopiar tomates produciría un gran daño a los granjeros. Evidentemente Bardem no veía que si bien los granjeros en ese caso tendrían que buscarse conchabo, el resto de la humanidad podría beneficiarse con una provisión infinita de tomates que resolverían cuestiones un poco más relevantes como el hambre. Obviamente, tal máquina no existe para los tomates, pero sí es posible reproducir bienes culturales hasta el infinito. ¿Por qué no aprovecharlo para distribuir conocimiento y reducir la brecha cultural? El problema se vuelve mucho más grave si se incluye en esta lógica restrictiva no sólo al arte y al conocimiento, sino también a lo que está pasando con el patentamiento de genes, semillas o incluso moléculas.





A ALAMBRAR

La OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) es una organización de Naciones Unidas que busca, al menos en teoría, defender los derechos de los autores como forma de “estimular la actividad creadora”. Es decir que creen que si no fuera porque las organizaciones y empresas recaudan dinero para los autores, ya no habría creación. Es la misma lógica que indica que bajar una película de Internet es comparable con robar un bolso o que propone que las bibliotecas paguen regalías por los libros que prestan y, teóricamente, hacen perder ventas a las editoriales. ¿Pero de quién es el bolso en este caso? La mayoría de los autores parece mostrarse prescindente en esta disputa.
Iacomella da un ejemplo de cómo funciona esto: “Cadra, el Centro de Administración de Derechos Reprográficos, que existe desde hace unos dos años y representa a una minoría de autores, sobre todo académicos, presionó a la UBA, que ahora le pagará casi 4 millones de pesos anuales para ser autorizada a fotocopiar bibliografía. Luego distribuye parte del dinero entre los miembros de la organización, en su mayoría autores que no se leen en la universidad. Pero como no todos los autores fotocopiados están asociados, en realidad la UBA podría igualmente ser demandada por otros”. ¿Cuánto cobrarán los deudos de Bourdieu o Foucault de este dinero?
Son muchas las organizaciones que están pensando la forma de cambiar esta inercia restrictiva y plantear el desarrollo de una cultura libre contra una embestida que parece anacrónica. ¿Por qué elegir esta lucha entre tantas posibles? Como explica Laura Marotias, del equipo de Flacso Virtual: “Tiene que ver con la circulación de la información y el valor que tiene en esta etapa del desarrollo capitalista. En una sociedad de conocimiento lo que produce valor es, justamente, el conocimiento; distribuirlo es una forma de democratizar”.


 

lunes, 22 de octubre de 2012

Modelos basados en licencias libres en el arte y la cultura

 

 

 

 Con una licencia que asegure la libertad para compartir, vamos a ser más linkeados, más replicados, más compartidos. No vamos a tener que negociar con los monopolios de la distribución para asegurarnos estar en librerías, disquerías, kioscos, etc.

 si autorizamos a la gente a copiar y distribuir lo que hemos creado es más fácil que nos conozcan, pues podemos aprovechar la comunicación en red, distribuida, que permite Internet, de manera que el tan necesario “boca a boca” se potencia y acelera.

 si permitimos además las obras derivadas y el remix, facilitamos que nuestra obra se expanda y se comparta con mucha más profundidad, porque no solamente aparecerá tal cual la hemos creado, sino también en combinación con otras obras. Nuestra música será parte de películas, nuestras imágenes estarán en afiches y en sitios web, junto con nuestro nombre.

 “economía social de la cultura” es un producto del cambio radical que Internet ha impuesto a las formas en que se accede, se produce y se distribuye la información, el conocimiento y la cultura en general.

 esta nueva forma concebir y transmitir los productos culturales es más desinteresada. Por supuesto, los artistas necesitan vender su obra para poder salir adelante y seguir creando, pero en muchas ocasiones “sobreprotegen” sus obras de la llamada “piratería” con el fin de enriquecerse aún más.

 

 lo más importante es que se está interiorizando una cultura de la cooperación. Lo que quedaba delegado al ámbito estatal, en el contexto de desmantelamiento de los servicios públicos se entiende como el procomún: “recursos y deseos que la sociedad produce y que ha de gestionar el propio cuerpo social”.

Licencias libres como alternativa al copyright

 

 "La fotografía convierte al arte en cosa de este mundo" de José Luis Brea ¿Qué les sugiere la frase, si comparamos este medio con otros previos (como la pintura) respecto de la circulación de las obras, y de la posibilidad de convertirse en “autor”?  


Entiendo que la reflexión hace referencia a la situación de creador en cuanto a artista, mas allá de las cuestiones comerciales que habitualmente se encuentran cooptadas por las grandes empresas comercializadoras del “arte” hay aun una concepción de artista como bien dice el texto de “genio creador” donde se desestima el bagaje histórico cultural que consume cualquier persona y que en ciertas condiciones contextuales le permiten generar una obra de arte determinada, la reflexión hace referencia que la fotografía clarifica la visión del arte y las obras de arte como elementos dinámicos y contextuales que si bien pueden estar producidos por una o varias personas, son fruto de una historia y del consumo de muchas obras de arte (implícita o explícitamente) que generaron condiciones para ese nuevo surgimiento.


Y para finalizar, les proponemos que busquen en estos u otrosrepositorios de obras con licencias CC, alguna obra que les interese y nos expliquen cómo interpretan los términos de uso de la licencia que tiene la obra, respondiendo por ejemplo a las preguntas ¿puedo modificarla? ¿puedo venderla, tal como está o modificada? ¿qué derechos se reserva el autor, que debo respetar?

 

Y elegí esta maravillosa fotografía, de  Steve Evans, tomada en el año 2005
Imagen
En el costado izquierdo de la imagen estaba   by     al hacer clic te llevaba directamente a la pagina de CC, en donde te explica puntualmente qué libertades y bajo que condiciones se puede utilizar esta imagen, en este caso.

SOY LIBRE DE:

  • compartir - para copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra
  • Remix - para adaptar el trabajo
  • hacer un uso comercial de la obra

BAJO LAS CONDICIONES SIGUIENTES:

  • Reconocimiento - Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso de la obra).

EN EL ENTENDIDO DE QUE:

  • Renuncia - Alguna de estas condiciones puede no renunciar si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor.
  • Dominio Público - Cuando la obra o alguno de sus elementos se encuentra en el dominio público según la legislación aplicable, esta situación no es en absoluto afectada por la licencia.
  • Otros derechos - De ninguna manera se afectan por la licencia cualquiera de estos derechos:
    • Su trato justo o fair use u otros derechos de propiedad intelectual aplicables las excepciones y limitaciones;
    • Derechos morales del autor;
    • Derechos de otras personas que pueden tener ya sea en la propia obra o en la forma de la obra se utiliza, como la publicidad o derechos de privacidad.
Aviso – Al reutilizar o distribución, usted debe dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra.  La mejor manera de hacer esto es con un enlace a esta página web.
Esta última aclaración me parece importante ya que es una buena manera de difundir el uso de licencias libres como así también generar la buena costumbre de informar públicamente que uno como consumidor está haciendo un uso correcto en este caso de una imagen.

domingo, 16 de septiembre de 2012



                                         DIGAMOS
 

                                                             Ayer fue yesterday      
                                                             para buenos colonos
                                                             mas por fortuna nuestro
                                                             mañana no es tomorrow
    
                                                             Tengo un mañana que es mio
                                                             y un mañana que es de todos
                                                             el mío acaba mañana
                                                             pero sobrevive el otro.

 

 

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cultura Libre: 10 claves para leer a Lawrence Lessig

Cultura Libre de Lawrence Lessig


Con una claridad (y honestidad) inusual en un abogado, Lessig expone paso a paso por qué nuestra cultura está amenazada por la legislación y los intereses comerciales, presentando ejemplos asombrosos (¿sabían que mostrar 4 segundos de Los Simpsons con fines educacionales cuesta 10.000 dólares?) e incluso proponiendo una línea de acción para contrarrestarlo.

Paradójicamente, esta sencillez también me reveló la temible complejidad del problema. Porque si luego de 3 años interactuando con los chicos de Derechos Digitales yo aún no era capaz de comprender a cabalidad su magnitud, ¿cómo podemos explicarlo a esa gran mayoría de personas que ni siquiera saben qué significa el término copyright??

Desde luego la primera recomendación es leer el libro -que pueden descargar libremente o disfrutar en papel por muy poco dinero- pero para quienes no estén seguros si vale la pena, aquí va mi versión ultrarresumida de sus 10 puntos principales:


1. Cada uso? una copia

Antiguamente, cuando hablábamos de contenidos como libros, música o películas, nadie se preocupaba mucho del uso que les dieras.

Claro, salvo que se te ocurriera hacer copias para venderlas en la cuneta (lo que además era caro y engorroso), nadie iba a recriminarte por recopilar poemas en un cuaderno, compartir un disco con un amigo o vender una película que ya no te gustaba.

Pero con la llegada de las tecnologías digitales el panorama cambió radicalmente: ahora cada uso ES una copia. Eso significa que si pegas la noticia de un diario en tu blog, envias una canción por correo a un amigo, o incluso pasas el último CD que compraste a tu reproductor de MP3, estás haciendo algo ilegal.

¡Si hasta cuando visitas una página web estás haciendo una copia!. La frontera entre usos legítimos e ilícitos es cada vez más difusa.


2. Tecnología: ¿oportunidades o amenazas?

En vez de analizar los cambios que introduce la tecnología como un todo, la industria de contenidos se ha centrado en tildarla de amenaza, tratando de establecer una relación directa entre ella y sus pérdidas económicas.

Sólo demos un vistazo a la más satanizada de todas: las redes de intercambio de archivos (P2P), como eMule o BitTorrent. Según Lessig, podemos dividir sus usuarios en 4 tipos:
A) Usuarios que, pudiendo pagar, descargan discos o películas gratuitamente. Dañinos.
B) Usuarios buscando recomendaciones o que quieren ?probar antes de comprar?. Beneficiosos.
C) Usuarios buscando contenidos antiguos o que ya no se encuentran en el comercio. Inocuos.
D) Usuarios buscando contenidos libres o sin derechos de autor. Inocuos.

La pregunta -que hasta ahora la industria no ha abordado con seriedad- es en qué proporción existe cada tipo de usuario y si eventualmente los daños de los usuarios A podrían anularse (o superarse) por los beneficios de los usuarios B.


3. La sobreprotección daña el ecosistema cultural

En un ?ecosistema? cultural, las obras creativas reciben protección por un lapso suficiente para beneficiar a su autor y luego pasan al dominio público para beneficiar a la sociedad. Allí nuevos autores se inspiran en las obras ?liberadas? para crear nuevas obras o versiones, reproduciendo el ciclo.

Disney es un ejemplo de sus beneficios. Sus primeras cintas animaron clásicos que estaban en el dominio público y el propio ratón Mickey nació en un corto (Steamboat Willie) que parodiaba una exitosa película muda de la época (Steamboat Bill, Jr), que a su vez se basaba en una canción (Steamboat Bill).

Por desgracia las legislaciones están ampliando en exceso tanto los plazos (pasamos de 14 a casi 100 años) como su rango de protección, afectando este ecosistema: desde 1930 ninguna obra ha pasado al dominio público, e incorporar apenas un breve extracto de una obra exige un complejo proceso de adquisición de derechos.

¿La ironía? Disney es ahora uno de los principales grupos de presión para seguir imponiendo estas leyes.


4. Los grandes medios nacieron de una forma de ?piratería?

Si examinamos el surgimiento de las principales industrias de contenidos en EEUU, veremos que la mayoría debe su actual prosperidad a alguna forma de ?piratería?:
A) CINE: Las primeras productoras fílmicas huyeron (literalmente) a California y fundaron Hollywood para escapar del férreo control de patentes de Thomas Edison por el uso del cinematógrafo.
Uno de los instigadores de esta escapatoria fue William Fox? cuya empresa hoy es una de las mayores perseguidoras de ?piratas?.
B) DISCOGRÁFICAS: Aprovechando un vacío legal, los primeros sellos de EEUU vendían sus grabaciones de música sin pagar derecho alguno a los compositores, ya que la ley sólo exigía pago por partituras e interpretación pública.
El Congreso pronto enmendó el error, pero en vez de dejar a cada compositor fijar el precio de sus creaciones (como sucede con los libros o el cine), creó una licencia fija, lo que hasta hoy subsidia indirectamente la industria discográfica estadounidense.
C) RADIO: Gracias a la efectividad de su grupo de presión en el Congreso (lobby), las radios estadounidenses sólo pagan la misma licencia fija al compositor que las discográficas, pero no pagan un peso a los artistas que interpretan las canciones.
Lo curioso es que el mismo grupo logró que en 1995 el Congreso SÍ aprobara este cobro para las radios por Internet, obstaculizando por secretaría esta emergente forma de competencia.
D) TV CABLE: Cuando el cable surgió en EEUU a fines de los años 40, se generó una gran polémica debido a que estas compañías no sólo tomaban sin pagar las emisiones de TV con derecho de autor? sino que además lucraban con ellas.
Para cuando el Congreso finalmente fijó una tarifa de acceso, las empresas de cable ya se habían consolidado como corporaciones propias tras 30 años de ?pirateo?.

Por cierto, Lessig no enumera estos casos para ?empatar? a la industria con los piratas, sino para demostrar como en muchos casos es necesario recurrir a las creaciones de otros para fomentar nuevos emprendimientos.

5. Copyright: La cultura en estado de sitio

Usualmente, se piensa que quienes apoyan la cultura libre están contra la protección de los derechos del autor de una obra -el copyright- y pretenden que los libros, música y películas se regalen, mientras los artistas comen piedras. Nada más equivocado.

En su libro, Lessig destaca la necesidad del copyright para proteger a los autores. El problema es que los cambios legales y tecnológicos de las últimas décadas lo han convertido en una herramienta que, más que proteger, enclaustra la cultura:

A) Plazos: Los iniciales 14 años de protección para una obra se han ampliado (por presiones comerciales) hasta alcanzar 95 años para empresas, y la vida del autor + 70 años para personas naturales.
(La legislación chilena también ha ido ampliando sus plazos para equiparar la legislación estadounidense, debido a los acuerdos de libre comercio).

B) Campo de Acción: Antes, el copyright sólo protegía a las obras contra copias no autorizadas. Luego y en forma progresiva, su campo de acción se amplió a las obras derivadas, citas, parodias, extractos, versiones, interpretaciones o cualquier manifestación que se base (holgadamente) en una obra protegida.

C) Control Tecnológico: Antes, una vez vendido el libro, disco o cinta, la industria tenía poco control sobre lo que hacías con ellos. Ahora, todo computador conectado a la red puede registrar (y transmitir) cuántas veces lo usaste, cómo lo usaste, en qué momento, por cuánto tiempo, desde qué lugar o si realizaste copias.

D) Concentración: Lo más preocupante sin embargo es que, en un 95%, estos mecanismos no benefician directamente a los autores, sino al 5% de grandes editoriales, discográficas o estudios de cine que lucran con sus obras.

Citando a Lessig, ?nunca en la historia menos gente ha tenido tanto poder para controlar la cultura?.

6. Consecuencias

¿Y qué tiene de malo esta sobreprotección? Además de afectar negativamente el ecosistema cultural como explicamos en el punto 3, un copyright desmesurado tiene 3 consecuencias que ya estamos sufriendo:

A) Inhibe la creatividad: Con entramados legales complejos y onerosos; el compartir, basarse, mezclar o archivar obras que ya han sido creadas es una actividad demasiado riesgosa para quien no puede costear un bufete de abogados.
En EEUU, incluso las pequeñas películas independientes necesitan contratar pólizas de seguro contra potenciales demandas por violaciones inadvertidas al copyright. En otro caso, crear un simple documental sobre la vida de Clint Eastwood requirió 1 año de trabajo y un presupuesto apoteósico sólo para obtener los derechos de varios clips de 10 segundos donde aparecía el actor.

B) Inhibe la innovación: En un sistema que castiga duramente cualquier violación al derecho de autor (la RIAA demanda 150.000 dólares por cada canción ?pirateada?), los emprendedores e inversionistas temen crear nuevas tecnologías que puedan provocar la furia de las corporaciones.
Vean 2 ejemplos:

MP3.com fue condenada a pagar 118 millones de dólares por ?violar? los derechos de las discográficas al lanzar un servicio de validación de música en línea, donde un CD original te permitía acceder a tus canciones desde cualquier PC con Internet. No sólo eso: los sellos demandaron a los abogados del sitio por ?negligencia? en no advertir a su cliente y, en el caso de Napster, al inversionista que proporcionó capital de riesgo.

En otro caso, un alumno del Instituto Politécnico de Rensselaer (RPI) mejoró el motor de búsquedas de la red interna de su casa del establecimiento para hacerlo más eficiente. Como esto también ?mejoró? el intercambio de música que hacían otros? la RIAA lo demandó y acabó pagando todos sus ahorros (12.000 dólares) como parte de un acuerdo extrajudicial.

¿El mensaje? No te acerques a (el modelo de negocios de) la industria, o te pesará.

C) Criminaliza a los ciudadanos: Según datos de la RIAA, ya en 2002 el 20% de los estadounidenses había usado redes P2P. En Chile, si pasas un CD a tu reproductor de MP3 estás haciendo un uso ilegal.

Para la industria, todas esas personas son -o somos- delincuentes.

?Cuanto más a menudo y de forma más repetida tenemos la experiencia de violar una ley, menos la respetamos? dice Lessig. ?La pregunta entonces no es cómo endurecer más aún las leyes, sino cuestionarse si éstas realmente sirven a los fines justos del copyright?.

7. Dominio Público: ¿Por qué es importante?

Entre 1998 y 2003, Lessig representó a un ciudadano cuya idea de crear un archivo público en línea de literatura clásica estadounidense, se vio frustrada por la última extensión en los plazos de copyright aprobada por el congreso de EEUU.

Reclamaron su inconstitucionalidad a un tribunal estatal y a la Corte Suprema.

Perdieron ambas instancias.

Ahora, sin mencionar la presión política que ejerció la industria, Lessig realiza una fuerte autocrítica al señalar su gran error: no destacar ante la Corte la importancia del dominio público y cómo se está amenazando la cultura.

Esta debe ser la premisa de todos quienes apoyan un sistema de cultura libre. Las razones ya se han expuesto pero queda una más?

8. Herramientas Democráticas

Comenzando el libro, Lessig presenta ejemplos sobre cómo un entorno que fomenta la creatividad es imprescindible no sólo para la cultura, sino también para la democracia. Vean 2 casos:

Durante sus primeros años, la fotografía fue una disciplina limitada a algunas empresas y profesionales debido a que sus requerimientos técnicos tan caros como complejos. Sin embargo, tras la invención de los rollos de película, ésta se volvió asequible y por tanto una actividad corriente que cualquier persona podía disfrutar.

Luego tenemos a los medios, que durante décadas concentraron el acceso a la información. Entonces llegan los blogs, e inician una revolución donde cualquier persona puede comunicar sus análisis, opiniones e ideas a nivel global, en muchos casos, influyendo la propia pauta de los medios.

En ambos casos la tecnología ha posibilitado la ?democratización? de una herramienta fuera de los grandes consorcios, permitiendo a la gente expresarse de forma mucho más sencilla, o generar instancias de debate.

9. Nosotros: ¿qué podemos hacer?

En un mundo donde un 5% de las empresas se beneficia de las leyes de derecho de autor mientras un 95% permanece marginado (u olvidado), el primer paso es que esos ciudadanos tomen el control de sus propias obras, reconstruyendo el dominio público.

Para ello, Lessig creó el sistema de licencias Creative Commons. Estas son un complemento -no un sustituto- al copyright donde, en vez de encerrarse con un ?todos los derechos reservados?, el autor establece sólo ?algunos derechos reservados?.

Usando una licencia Creative Commons en su obra, el autor ofrece (de antemano) permiso para que ésta se use en los términos que él mismo especifique, favoreciendo su difusión.

Por ejemplo, mi bitácora permite que utilices cualquiera de sus artículos, siempre y cuando me menciones como autor y no lucres con ellos.

Y sí, Creative Commons está adaptada a la legislación chilena (y a la de muchos otros países), gracias a la Universidad de Chile y los chicos de Derechos Digitales :)

10. Legisladores: ¿Qué deben hacer ellos?

Aunque como ciudadanos (y autores) hagamos nuestra parte, se requiere que los legisladores de cada país modifiquen la ley en 5 sentidos:
A) Formalidades: Suena a burocracia, pero en vez del sistema de protección automático que tenemos hoy, cada obra debiera exigir un registro formal para asegurar su copyright. Así, no sólo se sabría con certeza qué obras están o no protegidas, sino que se podría ubicar fácilmente a los autores para obtener los derechos.
B) Plazos más cortos: Es imperativo reducir los plazos de los derechos de autor. Lessig propone un máximo de 75 años, siempre y cuando el titular vivo -no el representante de una empresa- lo renueve cada 5 años.
C) Especificar usos: Así como es necesario saber qué obras están protegidas y por cuánto tiempo, también es necesario qué es exactamente lo que se protege. Por ello es interesante la política del ?uso justo?, donde se permite utilizar material protegido sin consentimiento del autor para fines educativos, informativos o sin fines de lucro, entre otros.
(En Chile esto se conoce como ?excepciones? al derecho de autor y actualmente se está discutiendo en la nueva ley de propiedad intelectual).

D) Replantear el "negocio" de la música: La industria discográfica ha sido una de las más agresivas en imponer sus derechos de autor, atacando o sembrando incertidumbre sobre lo que podrían ser usos justos.
Lessig plantea que la legislación debe proteger el intercambio de archivos cuando no tiene copyright, permitir el intercambio de material que ya no se encuentra en el comercio (propone el pago de una tasa fija) y que se ofrezcan compensaciones a las discográficas sólo cuando muestren evidencias de daño real (versus beneficios), por causa de las redes P2P.

E) Menos abogados: Es curioso leer que un abogado ataque a su propio gremio, pero Lessig es consciente que, en el actual sistema de derechos de autor donde toda obra requiere abogados para obtener o garantizar derechos, la cultura se ve entrampada por razones burocráticas y económicas.
La legislación debe garantizar un sistema expedito donde los abogados sólo sean necesarios en los litigios? no en cada una de las acciones relacionadas con el derecho de autor.
(Creative Commons es un excelente ejemplo de esto).

Cultura libre en español
http://cyber.law.harvard.edu/blogs/gems/ion/Culturalibre.pdf